Humanidad

GRAN IDEA

A medida que comprendamos cómo hemos sido creados, como seres humanos, nos comprenderemos mejor a nosotros mismos.

LECTURA

Sal. 139

PENSAMIENTOS

Dios nos crea en tres partes distintas pero entrelazadas: cuerpo, alma y espíritu (Gn. 1:26-27, 2:7; Job 7:11; Heb. 4:12).

Y que el mismo Dios de paz os santifique por completo, y que vuestro espíritu, alma y cuerpo sean guardados íntegros, sin mancha, para la venida de nuestro Señor Jesucristo. 1 Tes. 5:23

Cuerpo

El cuerpo es la parte de nosotros que nos ayuda a conectar con nuestro entorno y con los que nos rodean en el mundo natural. Está formado por nuestros sentidos físicos (gusto, tacto, vista, oído, olfato). Recibe información de nuestro entorno físico y manifiesta lo que nuestra alma decide hacer con esa información en particular (Gn. 2:7, 18:27; Job 34:15; Sal. 90:3; Is. 64:8).

Alma

El alma está formada por la mente, el corazón y las emociones. Influye en nuestro cuerpo y está conectada con el espíritu. La mente recibe y analiza lo que proviene del mundo físico. Almacena recuerdos de experiencias y percepciones pasadas. Influye en las acciones del cuerpo. Sus conclusiones y actividades preferidas se basan en el enfoque del corazón.

El corazón es el centro de intención de nuestro ser. Influye en todo lo que hacemos. Sus motivos están formados por la voz que escucha y en la que confía fuera de sí mismo. Tanto la mente como el espíritu lo controlan. Su función primordial es decidir qué voz escuchar. Es "la voluntad" de lo que somos. Puede centrarse en el mundo natural (tal como se entiende en la mente y se recibe a través de los sentidos, ya sea de Dios o de otra voz), o puede centrarse en el Espíritu de Dios.

Las emociones son el producto de expectativas cumplidas/no cumplidas basadas en creencias fundadas en la comprensión experiencial (lo que hemos experimentado) y empírica (lo que pensamos que debería ser). Las emociones son el resultado de la interacción del corazón y la mente (Núm. 16:22, 27:16; Sal. 139:14; Ecl. 12:7; Is. 42:5; Zac. 12:1; 1 Cor. 15:45).

Espíritu

La parte de nosotros que contiene el Espíritu de Dios. A través de esta conexión, la naturaleza de Dios puede afectar a nuestra alma y a nuestro cuerpo (Núm. 16:22, 27:16; Ecles. 12:7; Is. 42:5; Zac. 12:1).

Interacciones

Todo yo interactúa con todo yo. Una parte afecta a la otra: espíritu/cuerpo (1 R. 21:5; Stg. 2:26), alma/espíritu (Dt. 2:30; Job 7:11; Sal. 51:10, 51:17, 77:6, 78:8, 143:4; Prov. 15:13, 17:22; Is. 57:15, 65:14; Lam. 1:20), cuerpo/alma/espíritu (Éxo. 35:21; Prov. 15:13; Lam. 2:11; Ez. 21:7; Dan. 5:20).

Propósito

¿Por qué estamos aquí? ¿Cuál es nuestro propósito? Este es un tema importante que podemos ver a lo largo de toda la Biblia. Empieza justo al principio.

Entonces Dios dijo: "Hagamos seres humanos a nuestra imagen, para que sean como nosotros. Reinarán sobre los peces del mar, las aves del cielo, el ganado, todos los animales salvajes de la tierra y los pequeños animales que corretean por el suelo". Así creó Dios al ser humano a su imagen. A imagen de Dios los creó; varón y hembra los creó. Dios los bendijo y les dijo: "Fructificad y multiplicaos. Llenad la tierra y gobernadla. Reinad sobre los peces del mar, las aves del cielo y todos los animales que corretean por el suelo". Gén. 1:26-28 (énfasis añadido)

En el principio, vemos que Dios crea todo lo bueno. Crea a la humanidad (varón y mujer) a su imagen y les da el poder y la capacidad de multiplicarse y gobernar la creación.

La frase "a imagen de Dios" aparece muchas veces a lo largo de la Biblia y explica nuestro propósito. La idea es que, al igual que un espejo, una sombra o un olor no son más que el reflejo de una fuente, nosotros, como seres humanos, somos un reflejo en la tierra de lo que Dios es sobre todas las cosas. No somos Dios, pero le reflejamos. Los teólogos a veces resumen esto afirmando que la humanidad ha sido creada para "la gloria de Dios" o "para adorar a Dios" (Gn. 1:26-27, 2:7, 5:1, 6:6, 9:6; Dt. 4:32; Sal. 39:5, 89:47, 104:30; Ecl. 11:5; Isa. 43:7, 45:12; Mal. 2:10; Mt. 19:4; Jn. 1:3; Hch. 17:26; Col. 1:16; Ap. 4:11).

DEBATE

• Explica el espíritu, el alma y el cuerpo y cómo interactúan entre sí. Si te resulta útil, dibuja un diagrama de esta realidad.
• Describe la diferencia entre saber algo en tu mente y sentir algo en tu espíritu.